
2007
60 x 40 cm.
U$S 350.-
Lo del título no tiene que ver con que el fotógrafo realice un
enfoque acusador (policíaco en el peor de los términos) hacia
la realidad. Tampoco en que escudriñe los recovecos oscuros
del orden social. El termino “delatora” alude mejor a una
“relevación” o “develamiento” de la realidad. La mirada en éstas
fotos se apasiona por captar -y capturar- los signos más pequeños,
las zonas ínfimas de la realidad.
Delata así lo obvio, los lugares trillados del diario vivir, que son
rescatados, vislumbrados desde su otro lado (sacados de la
sintaxis prosaica, estos “morfemas” señalan ahora su propia
especificidad).
Las luces traseras de un ómnibus, cajones de plástico apilados,
urinarios de un baño público (la referencia Duchamp es ineludible),
el manubrio de una bicicleta contra un muro, pasos en la arena,
una niña en el muelle contra un atardecer: el repertorio es simple
(casi ascético podría pensarse). El tamaño de las fotos, los colores
intensos (muy brillantes), los planos detalles, delatan la contundencia
de sus objetos, una soledad hacia la referencia, que los rescata
de lo cotidiano. El fotógrafo sabe resolver sus imágenes,
mostrándonos el lado más inusual, más lírico y sorprendente de los
objetos y seres elegidos. Devela así lo cotidiano, sin romper con
su cuota más intensa de cotidianeidad.
Sebastián Rivero